El papel de la mujer en la sociedad ha sido siempre de suma importancia. Yo creo que las mujeres son el sustento de la sociedad, como la masa que une las piedras de un muro y hace que se mantenga en pie.
Me cuesta entender cómo se han establecido, y se establecen aún, diferencias entre hombres y mujeres en perjuicio de éstas. Yo creo firmemente que no ha nacido un ser humano que sea más que otro, ¿por qué entonces establecer diferencias por ser hombre o ser mujer? Me preocupa hondamente el tema de la violencia hacia las mujeres, tanto física como psicológica. Es una lacra social que tenemos que extirpar y no debemos descansar nadie hasta conseguirlo.
Aunque, incluso a nivel mundial, se está mejorando en la brecha de género en la educación, todavía queda mucho por hacer y, sobre todo, son demasiadas las niñas a quienes se les niega aún el acceso a los estudios, los abandonan antes de tiempo o terminan con menos oportunidades. En este mundo en que vivimos y que creamos a diario, hay mujeres y niñas que continúan sufriendo una discriminación y violencia inaceptables, a menudo a manos de sus parejas o familiares. En casa, en la escuela, en el trabajo, en la comunidad en que viven,… ser mujer significa, demasiado a menudo, ser vulnerable.
Sueño con que llegue un año en que no tengamos que celebrar el Día internacional de la Mujer, porque en el mundo ninguna mujer sea menos que un hombre simplemente por el hecho de serlo. La única manera de conseguirlo creo que es que cada uno de nosotros, seamos hombre o mujer, allí donde estemos, tratemos a todos/as por igual y hagamos que esta actitud nuestra se extienda, día a día, a los que nos rodean y a las actividades que realicemos.
Mientras se celebre este día, ¡feliz día a todas las mujeres!
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